Hace poco Canal Sur ha comenzado una compaña de concienciación para hacer ver a la gente la multitud de riesgos a los que estamos sometidos, consciente o inconscientemente, usando internet sin ningún tipo de tamiz o filtro por nuestra parte. No esos que nos ofrece Facebook o Tuenti, esos sobre quienes queremos que vean nuestras fotos...no, no me refiero a eso. Me refiero a la protección personal que nosotros mismo deberíamos dar a nuestras cosas en la red. Y es que a veces se nos olvida que te todo lo que pasa por la red puede llegar a manos de gente que nos quiere poco, ya sea conocida o desconocida...por no hablar de los perjuicios que podríamos ocasionarnos si alguna información incómoda llega a la persona equivocada, ya sea por descuido o por triquiñuelas de baja calaña.
Ya sé que es fácil olvidarse de todo y de todos en la intimidad de nuestro portátil. Estoy aquí, en mi salón, sólo, sin nadie presente y claro...como no dar rienda suelta a nuestra mente para sacarlo todo, para decir y dejar plasmado las cosas que tenemos en mente; preocupaciones, recuerdos...pero es un error. Se trata de una gran tontería hacerlo por varias razones: en primer lugar, hay que ser vanidoso para creer que a la gente potencial a la que puede llegar esto, le interese mis intimidades; y una vez sabido esto y también teniendo claro que sí, que hay gente a la que interesa (por suerte), ellos se sentirían agraviados al ver su derecho, ganado con el paso del tiempo, del tiempo vital y compartido que es el que merece la pena, tirado por el suelo. Desparramado por internet como si fuera la foto de un famoso, o la crítica de la última película insípida. Alguna vez he visto en Facebook la foto de un tío besándose con la novia, y al rato ver el comentario de ella diciendo con vergüenza: "pichurri, ¿esto qué hace aquí?". Es decir; ¿qué cojones pretende ese individuo colgando el beso que le dio a su novia?, alardear de novia, decirle a todo el mundo lo orgulloso que está de la hembra que lo aguanta...porque la cosa tiene que aguantar vamos.

Se ha convertido en práctica habitual intercambiarse las fotos comunes entre varios conocidos por internet: "¿No tienes Facebook?, pues ahí te las cuelgo." Así de fácil, sin pararse a pensar no sólo a quienes puede llegar esa foto, aún siendo la más inocente que se pueda imaginar; si no lo que significa publicar una imagen. Por que realmente es eso lo que hacemos cada vez que subimos algo a internet: PUBLICAR, poner ahí para los demás, para todo el quiera acercarse y cogerlo.
¿Cómo es que nos vendemos tan barato?, y ¿a cuántos de los que salen en la foto preguntamos si le parece bien que colguemos la foto?. Por supuesto que los de estas empresas son muy listos, y no sólo existe la posibilidad de colgar una foto en la que sale alguien a quien jamás preguntaremos su opinión sobre meterla en internet o no, sino que también está la posibilidad de etiquetarla...qué bonita palabra...me recuerda a NOMINAR...qué bien saben decorar las palabras cuando nos venden mierda.
El otro día leí que nunca violadores, secuestradores, pederastas...etc lo tuvieron tan fácil como ahora. Basta con poner un nombre, ver las fotos, elegir la/el que más le guste, mandarle un mensaje de amistad...y si cuela, con suerte, podrá saber por dónde sale, quiénes son sus amigos, y hasta su dirección.
Muchas veces hablamos de los canis, de los niñatos...y en relación a lo que escribo pienso: no hace falta tener serrín en el coco para hacer estas cosas; para colgar la foto de tu escote o de tu paquete, o de la cena con tus colegas...nos pasa a todos, y pocos se paran a pensar en todas las consecuencias que esto puede acarrear. Aquí sólo he apuntado algunas, pero hay muchísimas más. Si alguien lee esto, que se pare a pensarlo un segundo, nada más.
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